Identidad y Unidad Nacional

elavecanta004-2
Hoy 12 de diciembre conmemoramos el 480 aniversario de la aparición de la Virgen de Guadalupe en el valle de México, personaje que innegablemente ha estado presente en múltiples pasajes de la historia del país, muchos de ellos complicados como el que vivimos actualmente.

En la actualidad y desde que se fundieron como “Nueva España” los pueblos y sus territorios que hoy conforman nuestra nación, aún existen pocos elementos culturales que inviten a mantener unidad dentro de la diversidad. Ejemplo de ellos son la religión Católica, la imagen de la “Morenita del Tepeyac”, los símbolos patrios, y -aunque suene a broma-, el equipo nacional de fútbol.

No es intención del autor el criticar ninguno de los elementos anteriormente descritos, ni mucho menos hacer un escrito que exhalte alguna fe religiosa en particular, sino tratar de entender un enorme problema que padecemos actualmente: la falta de identidad y de unidad entre compatriotas.

Como país vivimos momentos delicados en donde el término “Estado fallido” se pronuncia incluso con satisfacción por algunos de sus emisores, como si fuera causa de orgullo viajar en un barco que hace agua sólo para tener oportunidad de mofarse del capitán. ¡Ah! Pero mexicanísimos todos a la hora de cantar el himno nacional en un partido de fútbol o de cantar las mañanitas en el día de la Guadalupana.

La situación no cambiará hasta que aquello que más nos importe de nuestros símbolos sea su significado y no su mera representación.

elavecanta004-1
        Nuestra patria será mejor cuando los creyentes encuentren en la Virgen no un ente que con fe y un “vientecito” les resuelva sus problemas, sino una invitación a que sin distinción alguna todos podemos ser seres divinos con nuestros actos; cuando al entonar el Himno renovemos el compromiso de dar “guerra sin tregua al que intente de la patria manchar los blasones”, cuando al hondear y llevar puesta nuestra bandera en justas deportivas no nos pensemos como un equipo deportivo ni el pabellón nacional como un pedazo de tela con diseño, sino la representación de siglos de historia y tradición que se defienden con honor en cada ámbito de nuestra vida.

A partir de ahí, cuando nos encontremos orgullosos de lo que somos; no nos permitiremos fácilmente fallarle a lo nuestro, ni que nadie más lo haga.

En ese momento, el amor no por un símbolo sino por nosotros mismos como uno sólo nos llevará a estar más cerca del ideal, dirán algunos, más cerca de Dios. Todos para uno, y uno para todos.

P.D. Para los no-creyentes: Éste no es un escrito de corte religioso sino una reflexión de cómo procesamos muchos mexicanos algunos de nuestros símbolos, entre los cuales innegablemente aparece el hecho Guadalupano (verídico o no).

Marco @MtzGuerrero es jarocho, licenciado en derecho por la Universidad Cristóbal Colón y se desempeñó como Coordinador Nacional de Comunicación de Acción Juvenil. “El Ave Canta” toma su nombre de aquel famoso verso de Salvador Díaz Mirón: “el ave canta aunque la rama cruja, como que sabe lo que son sus alas”. Consulta más columnas en http://www.marcomartinez.org