PAN Veracruz 2013
Acción Nacional en Veracruz vive una situación compleja.

La contínua impugnación a los procesos de elección de candidatos, la renuncia de algunos de sus miembros destacados y, de manera general, la división de la militancia en grupos muy definidos que “no se pueden ver ni en pintura” son aspectos comunes y ya casi asimilados como naturales en los últimos años por los veracruzanos que formamos parte del PAN.
A diferencia de lo que pudiera suceder en otros estados, considero que lo que presenciamos no tiene como causa principal la derrota en las elecciones federales de 2012 en donde el partido perdió el ejecutivo federal en manos del priísta Enrique Peña Nieto.
En Veracruz recibimos en 2012 de manera notable la confianza de la ciudadanía donde, ya sea por favorecernos a nosotros o castigar al partido en el poder estatal, Josefina Vázquez Mota se alzó con la victoria en nuestro estado.
De unos años para acá vivimos un proceso de “radicalización” en los grupos internos que nos trae al escenario actual en donde no hay canales de comunicación ni válvulas de escape entre los principales liderazgos, dando como consecuencia que en cada proceso interno los encontronazos son “secos” sin haber nada que los amortigüe.
“Vendidos a Fidel y a Duarte”, “en nómina del Gobierno del Estado”, “pasa a cobrar con Peña Nieto”, “traidores al PAN” y “coyotes” son algunas de las expresiones con las cuales algunos personajes ligados a Miguel Ángel Yunes Linares se refieren a quienes simpatizan con Julen Rementería del Puerto y el presidente estatal Enrique Cambranis.
“Expriístas”, “mapaches”, “compradores de votos”, “corporativistas” y “mafiosos” son adjetivos con los que los últimos suelen calificar a los primeros.
Al instalarse en las mentes de quienes conforman cada “equipo” una visión radical que hace imposible reconocer las virtudes y logros de personas del grupo de enfrente, y que nubla a su vez la posibilidad de la autocrítica; se torna complicado al final hacer equipo para convencer a los ciudadanos de las cualidades de nuestro instituto frente a quienes han dejado a Veracruz en una crisis financiera y de seguridad, y que además gustan de hacer uso descarado de las finanzas públicas y programas sociales para sus fines particulares (Caso Veracruz).
Está de sobra buscar quién empezó el “pleito”.
Para quien se perdió de los últimos 3 años del PAN de Veracruz, le sería difícil de creer la magnitud del enfrentamiento entre Cambranis y Victor Alejandro Vázquez Cuevas con “los Yunes”. Basta recordar el fastuoso evento ocurrido en un hotel de Boca del Río en el cual la dirigencia estatal de aquel entonces, en una situación de excepción y con todos los honores, le recibió su solicitud oficial de afiliación a Acción Nacional a Yunes Linares.
Entre acusaciones mútuas de traición e inmoralidad, los grupos han coexistido al interior de Acción Nacional sin dominancia absoluta de uno por encima del otro. Es entonces lógico pensar que, ante la imposibilidad de anular al equipo contrario (o contiguo), se debería pensar por lo menos en coexistir, o en complementar esfuerzos y cualidades -en el mejor de los casos- cuando se superan las contiendas internas.
Platicaba a algunos amigos, a manera de anécdota, lo que basado en mi experiencia personal provocaba decisiones equivocadas por parte del Comité Ejecutivo Nacional cuando tenía que decidir en torno a Veracruz.
Cuando en algunas otras entidades, los principales actores políticos podían al menos intentar ponerse de acuerdo en base a la razón y a sus propios números, en Veracruz sucede lo contrario.
– Presidente Nacional: “Fulanito de Xalapa, a ver, ¿En qué municipios consideras fuerte tu equipo?”
– Fulanito: “En todos Presidente, traemos todo”.
– Presidente Nacional: “Ah ok. Perenganito de Veracruz, ¿tú qué dices?”.
– Perenganito: “Se equivoca presidente, yo traigo todo, no ocupo de los otros dos, que no le engañen”.
– Presidente Nacional: “Bien. ¿Y tú, Sultanito de Boca del Río?”
– Sultanito: “¿Ya ve lo que le digo? ¿Ya ve cómo son? Mienten, yo tengo la estructura más fuerte y traigo todo. Vamos a arrasar en las internas”.
Aunque se lea caricaturizado -y no solo por los nombres que este breve cuento asigna a los personajes-, la ausencia de objetividad y racionalidad ha dado como consecuencia que, ante la falta de acuerdos, desde el Distrito Federal se decida no en base a información mínimamente cruzada, sino en base a un rompecabezas imposible de armar y validar y, por tanto, se favorece al más amigo, al que “más confianza le tienen” o al que dio más vueltas con café y demás detalles jarochos a las oficinas ubicadas en la Colonia Del Valle.
Debemos entonces realizar un esfuerzo por respetar la cualidad de compañeros de todos los militantes y abrir nuestras mentes y nuestros sentidos, no a lo que nos dicen acerca de los otros, sino lo que nosotros percibimos como virtudes y defectos, tratando de reconocer a las primeras para poder dialogar con el de enfrente.
Empiezo por mí. Estoy seguro que, con la valentía de unos para señalar las conductas del oficialismo rojo, con la capacidad de los otros para organizar e inspirar al panismo, y con la objetividad y racionalidad de todos quienes somos miembros de a pie, podemos acercarnos más al Veracruz ordenado y generoso que los jarochos merecemos.
Comencemos un día a la vez.