Sueño de un gerente con Dios, de Luis Castañeda

“Sueño de un gerente con Dios” es un libro que Luis Castañeda escribe inspirado en conferencias sobre ética empresarial en la Universidad Autónoma Metropolitana y CANACINTRA a invitación del Instituto Politécnico Nacional.
Estas charlas, dice el autor, se ven inspiradas en su observación y propia vivencia de las actitudes poco éticas de muchos empresarios para con su persona, clientes, proveedores, familia, e incluso para consigo mismos.
En esta brevísima publicación, el personaje principal (que también hace de narrador y hasta se entiende que es el mismo autor), afirmaba llevar una vida que muchos entenderíamos como exitosa al ser director de una empresa, tener estabilidad económica y ser un miembro reconocido de su comunidad pero -ahí afirma- tras haber alcanzado esos “objetivos” se da cuenta que aún así no se siente en paz ni realizado.
Tras esas dudas e inquietudes que él mismo trataba de atribuir a la edad que había alcanzado, comenzó a desear profundamente con un día soñar con Dios y platicar con él, hecho que se le hace “realidad” aunque no fue tan placentero y ameno como se lo había imaginado antes.
Describe el lugar en donde inicia su sueño como un conjunto de salones vacíos pero decorados finamente que parecían no tener fin, hasta que encontró uno de donde emanaba un cegador resplandor al cual entró a encontrarse con el Creador.
Ahí, sostienen una larga charla en la cual el ser celestial cuestiona al personaje sobre el balance de sus actos en el desempeño profesional, personal y familiar. Sorprende de la charla que a cada justificación de las prácticas de negocio que realizaba el protagonista, el personaje de Dios le respondía con argumentos que no solo pasaban por el campo de la moral sino también en los mismos términos técnicos financieros y administrativos que el autor argumentaba.
Es así como, por ejemplo, a la defensa del personaje de que no pagaba salarios justos a los empleados (aún teniendo la posibilidad de hacerlo) por su obligación de maximizar las ganancias para los dueños de la empresa, recibe como respuesta los criterios éticos de cómo repartir las ganancias entre los miembros de la organización y un reproche de que por un lado dice querer maximizar las ganancias para los accionistas, y por otro realiza gastos superfluos que van precisamente en contra del patrimonio de éstos.
Se trata así de una obra que busca en el lector el hacer un examen de conciencia sobre las prácticas que realiza a diario en el ejercicio empresarial, y tratando de hacernos conscientes de la importancia de nuestra motivación, vocación y congruencia en lo personal y profesional, y la importancia de hacer parte importante de cada organización a los accionistas, empleados, proveedores y clientes con el fin de lograr relaciones duraderas y organizaciones excelentes que perduren en el tiempo.
CONCLUSIONES
Son pertinentes las reflexiones que plantea la lectura en momentos en los cuales la misma prisa y exceso de distracciones evitan que tengamos momentos “con-uno-mismo” y nos pongamos a analizar cómo, por qué y para qué hacemos las cosas en nuestra vida diaria.
Muy frecuentemente, en nuestra misma desidia, prisa, y afán de obtener resultados en el corto plazo, restamos importancia a la manera en que nos comportamos con nosotros mismos y con los demás; propiciando situaciones destructivas en nuestra persona y nuestras organizaciones que, si bien pueden llegar a cumplir sus objetivos de corto plazo, difícilmente lograrán consolidarse en un tiempo mayor al no ganarse el respeto y cariño de todos los que se ven involucrados en la actividad de la misma.
También nos hace pensar en que existen ocasiones en que la motivación del liderazgo y el triunfo está en la carencia de elementos más importantes como el amor y valoración que le tenemos a nuestro ser, y bien dicen que quien no se respeta y quiere a sí mismo difícilmente puede hacerlo con los demás.
Como decía en entrevista hace un par de meses apenas el difunto Alonso Lujambio, a veces no vivimos la vida por vivir de prisa, y nos distraemos de las cosas verdaderamente importantes.
Definitivamente, éste es un libro que vale la pena retomar cada que uno sienta que pierde el camino, cosa que resulta además bastante sencilla porque su lectura completa -aún pausada- no debe tomar mucho más tiempo que una hora.