El 2012 lo perdimos en parcialidades

20120831-avecanta1
La decisión de ayer del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación no es producto de la casualidad o una traición por parte del máximo órgano de justicia electoral de nuestro país.

Aunque nos parezca un contrasentido el escuchar de ellos que no se acreditan los hechos tramposos-delictivos que todos vimos y vivimos durante el proceso, los magistrados están obligados a observar los tiempos constitucionales -aunque parezcan insuficientes-, a realizar la valoración de los alegatos y sus pruebas del modo en que la ley se los permite, y a tomar como causales de nulidad exclusivamente aquellas que la legislación señala.

Los mexicanos no perdimos la elección ni el 1° de Julio ni ayer 30 de Agosto, se nos fue de las manos su primer pedazo cuando no estuvimos al pendiente de nuestros legisladores en 2007 para que aprobaran reglas más justas, castigos más severos -como la nulidad por rebase del tope de gastos-, y procedimientos que hagan más fácil probar cuando conductas ilícitas se lleven a cabo.

Tenemos como ejemplo la apretada elección de alcalde de Boca del Río en 2010, en la cual surgió la acusación por parte del PAN de que el PRI estaba “importando” fraudulentamente personas de otras entidades para inflar el padrón electoral boqueño, varias decenas incluso dadas de alta en un mismo domicilio. Casi un año después se probó la acusación al caer presas en Morelos muchas de las personas que falsearon su información ante el IFE. Se probó el ilícito, pero mientras, los autores y beneficiarios de la chapuza son quienes gobiernan esa importante ciudad y ni quien les pueda tocar un pelo.

El segundo pedazo de la elección lo perdimos en 2009 cuando le permitimos al PRI el obtener la mayoría en la Cámara de Diputados.

El tercer cachito lo perdimos cuando no estuvimos exigentes de nuestros derechos ciudadanos y dejamos solos a grandes personajes como Javier Corral Jurado y Porfirio Muñoz Ledo en la discusión que se daba en Octubre el Congreso con respecto, entre otras cosas, a la segunda vuelta electoral.

Existiendo ésta, muy difícilmente obtienen los rojos un resultado favorable y hubiéramos abandonado la recurrente situación que se vive en elecciones federales y estatales en la cual una amplia mayoría de la población queda a descontento con el resultado.

El último pedazo se perdió cuando -viendo todo lo anterior y la gran cantidad de apoyos ilegítimos que recibía el candidato rojo-, el Movimiento Progresista (PRD-PT-MC) y el PAN por su soberbia no supieron concertar un frente común en pos del voto de los ciudadanos, o cuando menos para defenderlo.

Si los ciudadanos queremos estar conformes con el proceso y los resultados de la próxima elección presidencial de 2018, no hay de otra, tenemos que exigir a nuestros legisladores que estén a la altura de las circunstancias y hagan que la legislación electoral por fin alcance a la lógica, a nuestro sentido común y a la realidad: que proteja a la voluntad de los ciudadanos de este país y no a sus políticos.

Marco Antonio @MtzGuerrero es jarocho, licenciado en derecho por la Universidad Cristóbal Colón, ex-Coordinador Nacional de Comunicación de Acción Juvenil y experto en Social Media y Aplicaciones Web. “El Ave Canta” toma su nombre de aquel famoso verso de Salvador Díaz Mirón: “el ave canta aunque la rama cruja, como que sabe lo que son sus alas”. Consulta más columnas en http://www.marcomartinez.org

Publicaciones similares:

La cuesta de 2012