La cuesta de 2012

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Comienza el año, llega a nosotros 2012 con un sabor distinto a muchos de los que nos precedieron.

Se dice normalmente que un año nuevo es como una hoja en blanco que vamos a llenar con nuestras acciones y el cumplimiento de nuestros propósitos. En este caso pareciera que el ambiente de pesimismo que se cierne sobre él hace que lo percibamos como una hoja garabateada, una tarea manchada que debemos corregir y hacer al menos presentable antes de que llegue “la maestra” -hipotéticamente hablando, sin relación con Elba Esther- y nos repruebe.

Navegamos por las primeras semanas de enero entre pronósticos de crecimiento económico bastante mediocres para nuestro país (entre 3.0 y 3.5%), tristes augurios sobre los países europeos que habrán de seguir a Grecia hacia recortes financieros y despidos masivos; y hasta la antigua predicción maya del fin de una era ocupa espacio en esta página que creemos ver ya llena.

El panorama de crispación electoral que de aquí a julio ya vislumbramos, junto con el desánimo de buena parte de la población que no ve en ninguna de las opciones actuales una alternativa para que la situación mejore representa una mancha más en el folio 2012.

Todo lo anterior no tiene por qué forzosamente ser así, aún y cuando estemos convencidos de lo contrario.

Querido lector, en este año estamos invitados a dejar de ver a través de los ojos de otros, abstenernos de especular y empezar a vivir.

Los malos pronósticos se consuman irremediablemente cuando aquellas personas que los recibimos nos resignamos a no hacer nada por cambiar la situación, aún y cuando el remar contra corriente nunca será una mala idea cuando la dirección de la misma es hacia el fracaso.

Hoy más que nunca valen las recomendaciones que equivocadamente desechamos de las generaciones que nos precedieron: trabaja duro, ahorra mucho, aprovecha las oportunidades y desconfía de las promesas de riqueza fácil ya que siempre llevarán altos riesgos.

Cree en ti mismo, lucha, exije, no calles.

Juntos podemos lograr que el fín de este mundo sea para lograr uno mejor, uno en donde la vida real le gane a nuestras proyecciones y pronósticos.

No especules, ¡Vive!

¡De todo corazón deseo que te hagas un excelente año a tí y a los demás que te rodean! ¡Nos seguimos leyendo!

Marco Antonio @MtzGuerrero es jarocho, licenciado en derecho por la Universidad Cristóbal Colón y se desempeñó como Coordinador Nacional de Comunicación de Acción Juvenil. “El Ave Canta” toma su nombre de aquel famoso verso de Salvador Díaz Mirón: “el ave canta aunque la rama cruja, como que sabe lo que son sus alas”. Consulta más columnas enhttp://www.marcomartinez.org

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